La estadística refrenda lo que ya podía deducirse a simple vista. El Celta es el que dificulta más a sus adversarios la elaboración del juego La asfixiante presión que los discípulos de Berizzo practican sobre sus adversarios se ejecuta con precisión y rentabilidad. El esfuerzo merece la pena.
El Celta se distingue por su espíritu ofensivo y su verticalidad. Pero es un carácter que se construye sobre la actitud defensiva. La recuperación del balón, tan rápido como se pueda y lo más cerca posible del área rival, es el primer punto en el plan de ataque concebido por el cuerpo técnico celeste.
Fútbol Avanzado recopila los datos. El Celta es el único equipo que permite menos de 13 pases a su rival por cada robo de balón. Son 12,93. Y que ese comportamiento agresivo en la destrucción es una marca ofensiva se demuestra en la identidad de quien le sigue. Aunque el Barcelona de Luis Enrique ya no agobie al enemigo como el de Pep Guardiola, es el segundo en esta faceta con 13,02.
Por detrás de célticos y azulgranas, en ese escalafón, le siguen Sevilla (13,18), Málaga (13,19), Athletic (13,21), Eibar (13,35), Real Sociedad (13,35), Valencia (13,41), Real Madrid (14,22), Leganés (14,75), Atlético (14,76), Betis (14,84), Las Palmas (14,86), Granada (15,43), Osasuna (15,88), Espanyol (16,14), Alavés (16,68), Sporting (16,93), Deportivo (17,35) y Villarreal (17,76).
La presión que aplica el Celta tiene además el componente peculiar de ser ejecutada mediante un sistema de marcaje al hombre, poco habitual en el fútbol moderno y que es un signo característico de la escuela de pensamiento fundada por Marcelo Bielsa, de la que Berizzo es uno de los discípulos predilectos. Ese marcaje individual exige un compromiso de todos los componentes, que el Toto ha conseguido extraer del grupo. Y también una comprensión de las permutas y cambios de marca que permiten ajustar el sistema cuando el jugador contrario abandona su espacio natural. El Celta responde a las peticiones de Berizzo con gran entusiasmo. Su presión ha bordeado la perfección en partidos que ya quedan grabados en la historia grande del club, como precisamente las dos últimas visitas a Balaídos del Barcelona, que cató en esas goleadas (4-1 y 4-3) su propia medicina. Nunca es fácil combinar si es el mejor Celta el que está delante.
