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El retorno del socio insospechado

Beauvue se afirma el gran fichaje invernal del Celta casi un año depués de lesionarse

Claudio Beauvue sujeta a Albentosa en Riazor. // Ricardo Grobas

En enero de 2016 el Celta pagó casi 7 millones de euros por hacerse con los servicios de Claudio Beauvue, el fichaje más caro de la presidencia de Carlos Mouriño. Berizzo buscaba potenciar el ya afilado ataque celeste -el técnico argentino contaba por aquel entonces con Nolito y Fabián Orellana como principales socios de Iago Aspas- con un extremo derecha que le permitiese desplazar al chileno a la media punta.

Los planes del técnico se vieron sin embargo truncados en el mes de abril, en pleno proceso de adaptación del antillano, con una de esas lesiones que pueden retirar a un futbolista. El día de su vigésimo cumpleaños, durante un partido de Liga frente al Betis en Balaídos, un mal apoyo en carrera lo envió directamente a la enfermería. El diagnóstico de los médicos fue concluyente: rotura completa del tendón de Aquiles. Al día siguiente, el jugador fue operado en Vigo con un pronóstico inicial de recuperación de entre cinco y seis meses. "Regresaré más fuerte para mi Celta con la ayuda de Dios", escribió entonces Beauvue en su cuenta de Twitter. Pero diversas complicaciones prolongaron el periodo de rehabilitación hasta los 11 meses y sembraron dudas sobre su pleno restablecimiento.

En previsión de que su convalecencia se alargase por algún tiempo más, el Celta decidió reforzar su banda derecha en el mercado de invierno con el fichaje del danés Andrew Hjulsager, pero Beauvue no tardó en hacerse notar. A mediados de febrero pasado, el atacante guadalupeño se reincorporó a los entrenamientos con el grupo. El 26 de febrero reaparecía fugazmente frente al Sporting en El Molinón. Apenas 11 minutos sobre el terreno de juego que no auguraban la importancia que Beauvue ha adquirido para el Celta en estas últimas semanas.

El internacional guadalupeño fue carne de banquillo en los siguiente compromisos ligueros. Decidido a modular sus apariciones para que fuese ganando poco a poco tono competitivo, Berizzo prescindió de Beauvue en los compromisos ligueros ante el Espanyol y el Barcelona. Y nadie lo esperaba cuando el técnico recurrió a él para suplir a Guidetti a 12 minutos del final del partido frente al Krasnodar ruso con el marcador empatado. Y en el último suspiro, cuando la grada rumiaba la decepción, Beauvue se impulsó en el aire para rescatar al Celta remachando al fondo de las mallas un centro de Hugo Mallo. Un gran gol que permitía al Celta encarrilar una eliminatoria que se le había complicado sobremanera cuando Claesson igualó mediado el segundo tiempo el gol de falta anotado por Daniel Wass a los cinco minutos de la reanudación.

Tras el choque, Berizzo le agradeció los servicios prestados. "Es el atacante que imaginamos fichar", declaró el técnico, que abogó por irle dando espacio poco a poco hasta concederle la titularidad: 31 minutos frente al Villarreal y 4 más en Rusia ante el Krasnodar con la idea de utilizarlo como revulsivo en el clásico gallego contra el Deportivo.

La lesión de Guidetti precipitó los acontecimientos y Beauvue se ganó para siempre el favor del celtismo asistiendo a Iago Aspas para poner patas arriba Riazor. "Ha sido el retorno que esperaba", confesó ayer el antillano, que después de tanto tiempo parado se considera "un fichaje de invierno". "Hasta ahora solo pude aportar mi sonrisa", añadió con la simpatía caribeña que le ha granjeado el cariño de sus compañeros. Y ahora que está de vuelta Beauvue quiere convertirse en protagonista del final de temporada de un Celta que, afirma, "no tiene límites".

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