La fiesta del fútbol gallego volvió a empezar con una alta dosis de emoción. Como viene siendo habitual en los últimos derbis gallegos entre Celta y Deportivo, antes del inicio del partido ambas aficiones cantaron al unísono el himno de Galicia. Deportivistas y celtistas se olvidaron durante unos segundos de sus colores para entonar a capela cada verso de la canción.

Por otro lado, los más de 900 aficionados del Celta que esta tarde se han desplazado a Riazor se han colocado en una esquina del estadio y no han dejado de animar al equipo desde el calentamiento. Durante el espectacular mosaico previo al pitido inicial, la hinchada viguesa prefirió desplegar sus bufandas, tal y como hacen cada fin de semana en Balaídos.

Al final del encuentro, los jugadores se acercaron a la esquina desde la que los aficionados del Celta siguieron el partido para darles las gracias por el apoyo mostrado durante los noventa minutos.