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El Celta celebra un rescate inesperado

Casi un año después de lesionarse, Claudio Beauvue aparece de repente para impulsar al conjunto celeste a cuartos de final

Wass celebra con sus compañeros el primer tanto que el Celta marcó ayer en Balaídos ante el Krasnodar. // Ricardo Grobas

En una noche de luces y sombras, en la que no fue capaz de trasladar hasta el último suspiro del partido al marcador su dominio sobre el juego, el Celta se impulsa hacia los cuartos de final de la Europa League con un triunfo sellado por un protagonista inesperado, el antillano Claudio Beauvue, que un año después de lesionarse emergió de la nada para transformar un pase de Hugo Mallo en el gol de la victoria y dar mucho aire al Celta en una eliminatoria que parecía controlada al inicio del segundo tiempo, cuando Wass abrió el marcador con un cañonazo, inapelable, pero que se complicó enseguida con el empate de Claesson en una de las pocas llegadas claras del Krasnodar al portal de Sergio.

vuelta a la normalidad

Tras el experimento fallido del Camp Nou, Berizzo recuperó la fisonomía habitual del once, de nuevo con línea de cuatro defensas -la novedad fue Fontás por Roncaglia-, tres centrocampistas (Marcelo, Radoja y Wass) y tres atacantes: Aspas (partiendo desde la derecha) y Guidetti en el doble nueve, y Sisto, que reemplazó a Bongonda en el flanco izquierdo. Shalimov, su homólogo ruso, presentó una alineación más de circunstancias por las bajas de su estrella y goleador, Smlov, de su principal organizador del juego; Kaboré, y su lateral derecho titular, Roman Kalhesin. Wanderson, como referente en punta; Gazinski, desplazado desde la banda al medio, y el versátil central Martynovic, fueron los elegidos para sustituirlos en este primer envite de la eliminatoria.

un rival de su pelaje

No le faltaba razón estos días al gran Alexander Mostovoi al señalar que el Celta y el Krasondar se parecen. Al menos comparten algunos rasgos interesantes. Ambos promueven una idea afilada del juego y la defienden con valentía, presionando con ambición en campo contrario para robar cerca del portal rival, y los dos tratan de elaborar combinando con velocidad en busca de una jugada rompedora. A estas virtudes añadió anoche el grupo de Berizzo criterio en la circulación de la pelota y mayor precisión en el pase. Los celestes explotaron también mejor el recurso de las bandas, especialmente por el carril izquierdo con la velocidad de Sisto, que aprovechó la fragilidad de Martynovic en su improvisada posición de lateral zurdo para percutir por su costado y generar una fuente inagotable de problemas a la disciplinada defensa rusa.

dueños del balón

Después de unos minutos iniciales de tanteo en los que el Krasnodar mostró los dientes con una valiente disposición de piezas, el Celta se apoderó de la pelota. Ésa fue la principal diferencia. Los celestes se defendieron con el balón y, con paciencia, sin desordenarse ni peder el sitio, fueron aproximándose cada vez con mayor peligro a los dominios de Ktristyuk.

La primera ocasión la tuvo Cabral, el héroe de Járkov, en el minuto 10 tras un córner botado por Wass que el central argentino cabeceó a las manos del portero ruso. Guidetti, tras una gran acción individual de Sisto, y Wass, de falta directa, pusieron a prueba los reflejos de Kristyuk, aunque fue el punta sueco, a pase de Aspas, el que estuvo más cerca de inaugurar el marcador con un remate envenenado que se perdió por unos centímetros a la derecha del portal ruso. El propio Guidetti, Sisto, en otra espectacular galopada, y Aspas, desde fuera del área, probaron luego fortuna ante el solvente guardameta eslavo, que respondió con gran seguridad.

Un misil con respuesta

Azares del fútbol, el improductivo monólogo celeste del primer tiempo se transformó tras el intermedio en ventaja una aislada acción de pelota detenida. Insospechadamente, Wass convirtió una falta muy lejana en el primer gol del partido con un misil raso que se perforó la portería rusa tras botar sobre el césped. Una merecida recompensa al dominio sobre el juego que duró muy poco, pues el Krasnodar, tras probar sin éxito fortuna desde lejos por medio de Porberezkin, igualó la contienda gracias al talento de Claesson, compañero de Guidetti en la selección sueca, que aprovechó la indecisión de los dos centrales celestes para fabricar el empate en una hermosa jugada personal.

El gol hizo daño al Celta e impulsó al Krasnodar, que dio un paso al frente y rondó el segundo en una internada de Ramírez (de nuevo por la banda izquierda) que Sergio desactivó con una gran parada.

movimiento de fichas

En vista del cariz que tomaban los acontecimientos, Berizzo movió ficha dando entrada a Jozabed, que suplió a Wass en la posición de enganche, buscando seguramente mayor precisión en el último pase. Shalimov replicó con Mamaev y a Laborde (más tarde sacó a Torbinski para reforzar el medio campo) y el técnico céltico jugó la baza de Beauvue, que entró por Guidetti, desplazando a Aspas al centro del ataque.

Y cuando nadie lo esperaba, después de casi un año en blanco, el antillano apareció de repente para remachar al fondo de la red un centro bombeado por Hugo Mallo al corazón del área.

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