La otra tarde, al pasar por delante del cuartel de la Guardia Civil de esta ciudad de Vigo, me llamó la atención que a cada lado de la puerta principal de entrada al mismo, hubiera colgada una corona de laurel, por lo que me acerqué y pude comprobar que, en las dos cintas con los colores de la bandera nacional que formaban un lazo en cada corona, se podía leer: "Los españoles agradecidos, por vuestro sacrificio", y como fondo de cada corona una foto grande y los nombres de: Fernando Trapero y Raúl Centeno, que corresponden a los dos guardias civiles asesinados recientemente en el sur de Francia por la banda terrorista ETA.

Preguntado al guardia civil de servicio en la puerta, si es que había tenido lugar allí algún homenaje a sus compañeros asesinados, me respondió muy amablemente que no se había realizado ningún homenaje; y que las coronas las habían colocado allí un grupo de personas que, previa identificación y permiso del responsable del cuartel, no han querido que fueran publicados sus nombres, ni se le diera publicidad al hecho.

Considero que la actitud de ese grupo de personas ajenas al Cuerpo, pero no ajenas a los servicios de continua y sacrificada vigilancia, que vienen realizando los componentes del mismo, para preservar la paz y la protección a las personas y sus propiedades, es digna de encomio, no sólo por parte del cuerpo sino también como un activo cívico-social, que merece ser dado a conocer al pueblo en general, y en particular al vigués, por su demostrado reconocimiento hacia la Benemérita.