La edición del FARO DE VIGO resumió unas declaraciones radiofónicas del señor Presidente del Celta que no tienen desperdicio.

Cuando un personaje público recibe críticas y tiene sentimientos democráticos, las estudia y, si pueden tener razón, rectifica y pide excusas. Cuando se carece de tal sentimiento, frente a las críticas, suele recurrirse a múltiples y variados argumentos exculpatorios tales como el victimismo (de la "mala suerte", de una "campaña de descrédito"); a la identificación del personaje con la institución ("se le hace daño al Celta"; ¿Recuerdan cuando, quien criticaba a Franco, era un mal español?); a la manipulación; a las mentiras....Entiendo que si ha existido una campaña es la del señor Mouriño y su hija contra buena parte del celtismo acrisolado y señero que comenzó con el "100% Vigo" (que excluía a los miles de celtistas que no eran de allí, desde el Morrazo hasta la Patagonia ), continuó echando a decenas de empleados, con la caza de brujas que se ha instalado en "Casa Celta" y que culmina con ésta acusación.

Los errores de Horacio Gómez que fueron los que el señor Mouriño resucita y algunos otros, son conocidos y graves y ojalá nunca más vuelvan a ocurrir -ni con usted, ni con quien sea-, pero fueron compensados por un decenio de éxitos deportivos que no estaría mal se igualasen o superasen aunque dudo mucho que, por el camino que nos llevan, consigan otra cosa más que la desaparición del club. De cualquier manera, los problemas del Celta no sólo son los resultados deportivos, sino también la forma de gestión que ustedes practican que puede ser impecable en el aspecto administrativo, pero que, desde el punto de vista social, cual cáncer imparable, corroe implacablemente a la entidad.