Marzo se presenta en las aceras con su lluvia y la marabunta de paraguas por las calles, ese es el percal que nos espera según el parte meteorológico. Podemos decir que ha llegado el momento de sacar las katiuskas para saltar en los charcos. Lo importante es capear la borrasca con un buen paraguas. Pero si puede ser, de un color chillón para animar los días de lluvia. Cierto que la pereza puede que te haga pensar dos veces antes de salir por la puerta de casa. De todos modos, afirmo que hoy salgo por esa puerta sin saber qué me deparara el día, exceptuando cómo estará el clima según el parte meteorológico. Digamos que cada día es una sorpresa, y más cuando estás rodeada de niños/as, grandes y pequeños. Todos ellos son increíbles. Pero no debemos descuidar que hoy somos nosotros los que tenemos que formarlos, guiarlos, oírlos, lidiar con ellos, y hacerles ver más allá de un simple libro o pupitre? Lo fundamental es afirmarles que significan mucho, que pueden conseguir todo lo que se propongan. Ellos son el futuro y serán: médicos/as, policías, farmacéuticos/as, profesores/as, mecánicos/as, modistas, cocineros/as, fontaneros/as? son el porvenir. Muchos de estos jóvenes se encuentran etiquetados por sus actitudes y acciones. Pero deberíamos preguntarnos: ¿Qué ha fallado?, ¿qué se hizo mal?, ¿qué falla en el sistema y en sus hogares?... podríamos seguir cuestionándonos más dilemas y no llegaríamos a una conclusión unánime. Pero, ¿y si entras en acción y haces algo, hasta qué punto eres o serás cuestionado?? Tendré ideas de bombero-torero, pero considero que todos los que están ahí suman. Y llegar a ellos será una tarea ardua y laboriosa.

Hoy tengo el ímpetu, la iniciativa, la locura suficiente para decir que no dejaré a nadie indiferente hasta que logre verlos luchar por sus sueños... Puede que esa nube incierta la tenga encima por muchos meses y no me deje ver con nitidez. Pero tengo la suficiente cordura para perseverar y no tirar la toalla. No soy buena perdedora. No admito un "no". Y más cuando se trata de mi labor. Puede que en el trayecto me caiga cientos de veces, que me lamente, que llore? Pero no renuncio a hacer mi labor con pasión y amor. Seré ingenua, pero espero disfrutar de este viaje y algún día verlos volar, volar bien alto.