Una avería en un calentador de agua y ante el consejo de un técnico, me vi precisado a cambiarlo por uno nuevo que, entre mano de obra, reforma de tuberías, sustitución de otras en mal estado, compra de otro igual o similar, pues con otro modelo la "cantera" sería mayor me ocasionó unos gastos que agravaron más mi estrechez económica. Mi obsoleta pensión no da para tanto.

Ante la necesidad de tal reparación, pedí presupuesto de arreglo, importando todo ello, en números redondos, un total de mil y pico euros, suma que mis ingresos no permiten desembolsar de una sola vez. El técnico me aplazó los pagos a mi comodidad, cosa de agradecer, así que adquirí el calentador, conviniendo con el vendedor precio y forma de pago, el primero en metálico de 175 euros y tres plazos de 150 euros a satisfacer en los meses de marzo, abril y mayo. Así que al hacer efectiva la primera entrega, a petición del vendedor, aporté mi DNI, recibo de pago en un banco y mi nómina salarial, la cual cubría con grande suficiencia el resto del importe y, hasta aquí, todo sobre ruedas. Mi sorpresa salta cuando me llaman del establecimiento y me dicen que la financiera con la que trabajan no admite mi petición. ¿En base a qué? El comunicante, también extrañado, me dice "mejor que lo firme un familiar", pero ante mi insistencia de saber el porqué se me rechaza, con gesto incómodo y azarado, me dice "la causa, su edad, los 95 años" y que la financiera, propiedad de un banco, no hacía más que cumplir las órdenes dictadas por aquel. Tal noticia me dejó de piedra.

Los bancos, que se salvan de la crisis gracias a nuestros dineros, ¿recuerdan?, que no acaban de pagarnos el préstamo, ahora con magníficos resultados, estos ¿redundan en beneficio de la sociedad? Pregonan créditos blandos y en cómodos plazos ¿para quién? ¿dónde está su contribución al bienestar para los que tienen salarios o pensiones La señora Botín, presidenta del Santander, dijo que un banco era como una empresa cualquiera. ¡Discutible! Pero jamás vi una empresa dedicada a crear traumas al trabajador en relación con su edad. ¿Podría haber alguna? Bueno, siempre existieron felones y felonías.

A mí, tal decisión, aparte del quebranto causado por la avería y tardanza en resolver el problema (pese a la solvencia de los avalistas, no todos servían a la financiera) me causaron un grave trauma, pues deduzco que la conclusión a la que llegó la mencionada empresa fue de que yo no llegaría a cumplir las cláusulas, pues dada mi edad suponía un riesgo si no llegara ni al mes de abril. Están en su derecho de hacer y pensar lo que quieran, pero me pregunto ¿es ético? ¿es moral? En conciencia ¿se puede "arrinconar" a una persona tan solo porque tenga mucha edad? ¿Por qué para esto estorbamos y no cuando se trata de abrir cuentas o domiciliar pensiones? El Banco de España, con potestad para valorar casos de si son o no honorables, ¿contempla estas, a todas luces, injustas normas? Me han causado un daño moral, mucho peor que el físico o el crematístico, cualquier psicólogo puede atestiguarlo, por cualquiera de estos dos últimos daños, juzgan fiscales y jueces, creo que con más razón tendrían que juzgar el moral. ¿Se hace?