En tiempos de la Dictadura había a las entradas de las ciudades unas casetitas de madera con una persona dentro que se encargaba de cobrar un canon a las campesinas que venían a la ciudad a vender sus frutos del campo.

Digo esto porque hoy en día hay muchas personas que ignoran este dato y que el alcalde de Vigo vuelve a sacar a la luz con la prohibición del uso del parking del Hospital comarcal Álvaro Cunqueiro a las personas que vivimos en el rural incluidos a los vigueses de nacimiento como es mi caso.

Nunca creí que vería en mi tierra un caso de racismo tan brutal como el de separar a los señoritos de la ciudad de los campesinos del rural delante del Hospital.

Pido por favor a los alcaldes democráticos de las localidades de playas que no tomen ejemplo de este espíritu dictatorial del alcalde de Vigo y en el verano podamos disfrutar de las playas las personas que vivimos en el campo.