El pasado domingo, en esta misma sección, salió publicada una amplia carta encabezada como ¡guau! ¡guau!.

Su contenido, real o ficticio (el texto hace dudar), se presenta como la transcripción y crítica de lo observado visualmente y captado auditivamente desde una posición física individual, solitaria, sobre una cotidiana y normal relación de un grupo social.

Sin entrar en el fondo de lo publicado, no llego a entender cómo se puede escribir una carta, ocupando lo que seis, dirigida a esta sección y sobre algo de lo que el escribiente asume: "Yo que no entiendo de perros?"

Con esto obvio extenderme más sobre el contenido, solo ratificar que todos los seres vivos, con o sin patas, tenemos derechos, y, sin ampararme en mi madre (no procede), solo decirle:

- ¡A lo que llegaron algunos humanos!