La Diputación de Pontevedra ha mejorado su relación con la ciudad de Vigo, después del mandato nefasto de Rafael Louzán para con nuestra ciudad. Pero existe un punto negro que no se termina de solucionar ni por asomo: la aportación en Cultura de la Diputación en Vigo. Esta área la lleva el concejal pontevedrés César Mosquera, del BNG. Entiendo que la presidenta, Carmela Silva, debería tener una larga conversación con el señor Mosquera, si es que posee de verdad liderazgo en el ente provincial. La situación de Cultura en Vigo es alarmantemente insatisfactoria, por no decir inexistente o nula. Y estamos hablando de la primera ciudad de Galicia.

En Pontevedra se crearon seis edificios del museo provincial (el mejor de su clase en toda España), con treinta funcionarios a su cargo. ¿Por qué no se crea uno en Vigo? ¿Por qué no compra la Diputación el Teatro Fraga y lo pone en funcionamiento? ¿Está prohibido hacer inversiones en Vigo en materia cultural? ¿Dónde está escrito que solo las capitales de provincia pueden tener inversiones en el apartado cultural?

La financiación de las diputaciones se realiza a partir de los votos emitidos en las elecciones municipales por los electores; quienes más votan son las ciudades más pobladas, que también son las que más pagan, en este caso Vigo. Por lo cual, no tiene explicación la exclusión de Vigo en esa área ni en ninguna.

La Diputación de A Coruña, con un gobierno de progreso, compró el Teatro Colón; lo reformó totalmente y adjudicó su gestión a una operadora para que le diese contenido y programación. ¿Por qué la Diputación de Pontevedra no hace lo propio con el Teatro Fraga en Vigo? ¿Acaso es pecaminoso hacerlo?

César Mosquera debería dar muchas explicaciones a esta ciudad por estas razones; su silencio e inacción resultan imperdonables. Pero también debería Carmela Silva informar a la ciudadanía del porqué de semejante dislate. Más de uno pensará, no sin razón, que esta Diputación actual se ha repartido las áreas de gestión como cromos y que cada uno hace lo que quiere con ellas sin mirar demasiado lo que hace el otro con las suyas. Es decir, que PSdeG y BNG en la Diputación, son socios pero se dan mutua y amablemente la espalda; lo cual, aparte de no ser de recibo, resulta un insulto y un fraude a los ciudadanos.

Si en verdad hay liderazgo e independencia en la Diputación, alguien debe salir ya a dar explicaciones a mansalva. No hay otra. Si no es así, una vez más, la ciudadanía viguesa no alcanzaría a entender lo que supone traicionar, una vez más, a su voto y a su bolsillo. ¿No es atroz?