A día de hoy, y han pasado varias fiestas superimportantes en mi vida, aún no he podido escribir la carta, mi carta, ordenador caput y a mano no me la aceptan. Carta que cada año envío a mi madre y a mi hermano Telmo, gracias a FARO, en agradecimiento por cómo nos hicieron vivir estas fiestas de forma tan inolvidable.

Vivía en Bouzas con mis padres, 10 hermanos, mis 2 tías, 3 perros y yo, claro. Seguro que diréis que soy repetitiva, y lo soy, pido perdón. Pero estamos en Navidad y Vigo brilla como nunca brilló y yo solo quiero cumplir mi promesa de que mientras viva, y FARO lo permita, yo les enviaré una carta por Navidad. Es mi pequeño homenaje a los que tan feliz me hicieron. Aquella casa cambiaba totalmente en estos días, el olor a mantecadas, gallina trufada, nos envolvía y a la vez nos anunciaba que la Navidad ya había llegado.

Mi madre se encargaba, entre otras muchas cosas, de hacer el nacimiento, todos los adornos navideños. Nuestro nacimiento tenía agua y luces, os parecerá que digo una tontería, porque hoy en día todo viene hecho, hasta los árboles vienen con luces incorporadas. Mi madre era una pasada y con 11 hijos, ¿cómo lo hacías?

Durante toda la Navidad te podía ocurrir cualquier cosa en aquella casa llena de magia, escuchabas música, que por supuesto era celestial, así nos lo decía Telmo y así siempre lo creí.

Los petardos eran bombas y muchas veces vi caer estrellas en el balcón. Un día me levantaba con una cruz negra en mi frente, me decías que me había portado mal, otras con una dorada había sido buena

Claro que pasábamos miedo, mucho miedo, pero todo formaba parte de esa maravillosa aventura que Telmo, ya quisiera Spielberg, nos creaba. Cuando todas mis amigas dudaban de la existencia de los Reyes Magos, no lo podía entender porque Telmo consiguió que los Reyes llegaran hasta mi cama y siempre encontré los regalos soñados.

Gracias por vuestra entrega, por vuestro amor, por la cruz negra, por la dorada, por las estrellas, por la música celestial, por los petardos, por el miedo, por ser ese Spielberg maravilloso que todas las niñas del mundo querrían tener. Cómo poder olvidaros.