Más de 38 millones de kilos de uva se recogieron en la última cosecha del Albariño. Parece que el cambio climático está beneficiando a los viticultores, pues los temporales no pueden barrer al albariño, loureiro, treixadura, espadeiro o la uva híbrida del Barrantes, esto nos demuestra que nuestros viñedos son tan fuertes como el granito.

En el ayer encontrábamos fuentes de agua en cualquier esquina, con el cambio climático hoy vemos mas bodegas que fuentes. Bodegas de aguas rubias del color del oro, sin olvidar el tinto.

Si antes se hablaba de las termas con aguas beneficiosas para nuestra salud, hoy se habla de termas de vino para nuestro paladar y piel, por sus antioxidantes. La vendimia artesanal, el proceso de vinificación y la poda, hacen de la uva un producto sagrado al que se le tiene mucho respeto.

Los vinos son como los santos, también producen milagros, hasta en el santo oficio de la misa el vino se convierte en sangre. El albariño fue un vino de convento, hoy los padres ya no producen vino, pero sus tierras siguen siendo muy fértiles, donde los campanarios, cruceiros y riachuelos, pertenecen a la composición del vino, son los que garantizan el producto de la tierra.

Podemos decir que tenemos más vino que agua.