Está bien defender los derechos humanos de todo tipo de personas, pero esos derechos tienen que estar dentro de la ley que hay y se debe respetar en todos los países del mundo. No se entiende que los jueces de un país defiendan la extradición de individuos que cometieron delitos de terrorismo, atentando contra la vida de las personas por ideologías políticas o de cualquier otra naturaleza.

Tampoco se entiende que las autoridades políticas y judiciales de un país se opongan a la extradición de unos políticos responsables de una comunidad autonómica de un país, en la que no respetan las leyes, fracturando la sociedad de esa comunidad autonómica y la de todo el país, con riesgo de enfrentamiento entre la población, perjudicando la economía y empobreciendo a sus ciudadanos. Todo ello para defender sus intereses personales y de la "camarilla" que les arropa.

Lo que dan a entender los responsables de la justicia y la política en Bélgica, es facilitar la inmunidad a los terroristas y políticos que no respeten la ley. Esta es la imagen que dan en ese país, al acudir en defensa de sus libertades, estos individuos, hombres y mujeres que no respetan la ley. Siendo necesario disponer de dinero. Unos lo consiguieron con extorsiones y otros apropiándoselo a los ciudadanos de la comunidad autonómica en la que ellos eran los responsables de su administración.