Cuando escribo estas líneas estoy tratando de solucionar los problemas de mis vecinos que tanto quiero y aprecio, pues tengo esa facultad de tener altura de miras y, aplicando el método científico, busco la manera de interpretar la realidad desde un punto de vista objetivo, siempre consultando el tema en cuestión con especialistas en la materia para que no me equivoque en mi planteamiento.

Cuando el tema a tratar es espinoso, como el proceso soberanista, no me gusta posicionarme pues "en boca cerrada no entran moscas" , que las paredes oyen y que no quiero dar ganancia a nadie, pues ambas ideologías me gustan con sus defectos y virtudes; y que "no es santo de mi devoción" que se dirijan a la opinión publica citando a la libertad y por la libertad, pues se puede hacer mal uso de ella y caer en el error de favorecer intereses de la delincuencia a la que se protege tanto en nombre de la justicia social y de la igualdad de oportunidades para todos.

No siempre el asunto es tan complicado y "a mí plin" y que les den a unos y a otros, pero abordando el tema de la pobreza y como erradicarla, que si debería ser plan urgente del Estado y lograr el bienestar para todos sin importar el color de tu piel o el idioma en que piensas o te expresas, o si piensas en un idioma y te expresas en otro debido a que cara al público no es coherente hablar en idiomas minoritarios de los que ellos, los catalanes se sienten tan orgullosos y nosotros, los gallegos, no.

Cuando con 18 años explicaba "La Colmena" de Camilo José Cela a la clase de COU A en Aceimar hice un juramento de que no quería ver más luchar a hermanos en peleas fratricidas y si pelearía por una España unida y con todos sus miembros con empleo y una vivienda dignos; cosa que de momento no se ha cumplido y que queda mucho por avanzar y que se debería dar carpetazo al "manifiesto comunista" de Carlos Max pues hemos adquirido un nivel adquisitivo importante y, salvo contadas excepciones, no tiene sentido hablar sobre la explotación del obrero con unos sindicatos tan fuertes como los de hoy en día aunque se han perdido derechos debido a la fuerte crispación que sufre el país.

De todos modos aquí en Vigo se vive bien y se ha superado el cliché que nos ha metido Javier Bardem y "sus lunes al sol" de ciudad conflictiva y de disturbios, afortunadamente, pues se ha pagado la deuda con la ciudad y que supone un punto de inflexión con la historia de Vigo y de lo conveniente que es para todos que haya dinero en todos los hogares y que no haya protestas, que tanto daño hacen a la ciudad y que se explique a todos lo bonito que son las puestas de sol vistas desde la calle Urzáiz en verano cuando comienza por esta avenida y que ojalá se llegue a un acuerdo que beneficie a todos.