En los últimos tiempos en los medios de comunicación, redes sociales, lugares públicos: playas, mercados, grandes áreas comerciales y fiestas populares, mucha gente habla de la nueva ley de protección animal para Galicia. Desde que fue aprobado el anteproyecto de ley, hace ya más de un año, y hasta el día de hoy, algunos políticos, también algún sindicalista, le vienen dando más vueltas al tema que si de un revuelto de espinacas con huevo se tratase. Todo parece que el gran problema está centrado en el rabo del perro. Dicen unos que no se le debe cortar. Otros, cuanto más grande, mejor. Muchos cazadores dicen que se le debe cortar a los que lo mueven mucho porque en el monte lo dañan. Pues bien, ya no es un problema cortar el rabo al perro, no será delito siempre que lo haga un veterinario. Eso es lo que se busca.

El rabo, esa terminación de la columna vertebral del perro, no es un problema del animal. Es un problema de los humanos y para los humanos. Tal vez, algo psicológico, por lo que se ve existe un buen número de personas que desean cortarle el rabo al pobre perro.

La nueva ley, que todavía no está aprobada, también está dando mucho que hablar por parte de políticos, algunos, y sindicalistas, alguno, que por cierto sorprenden muchísimo. Resulta que pretenden separar, dividir a los perros, en dos grupos o clases. Clase A, perros urbanitas, simples mascotas, no de trabajo. Entendámoslo bien, perros de ciudad, los chupa-sofás, que solo hacen compañía y no trabajan, "los muy vagos". Y los clase B, perros rurali ... ¿qué? Los perros trabajadores del rural, ejemplo a tomar. Pues ya les vale. Estos señores deben tomar nota y aprender de los ciudadanos gallegos que somos sabios. Estos señores, parece como sí estuviesen anclados en el siglo pasado. Lo digo porque en el siglo pasado hablar de igualdad era como ver el agujero del fin de la tierra. En el siglo pasado se clasificaban a las personas por razas, físico, blancos, negros, gordos, flacos, etc. También es verdad que para los perros no había clasificación.

O sea, que la novedad que proponen estos señores debe ser de los años 1400, antes del descubrimiento de América. Que se pretenda contemplar en la ley discriminación y desigualdad en el animal más amigo del hombre es lo que le faltaba al ser humano por ver y saber. Que haya quien propague estas barbaridades y que salga de la cabeza de algún político junto con algún sindicalista es lo último lamentable. Estos señores que dicen que los perros de las ciudades de Galicia son solo simples mascotas deberían irse a su casa, primero por mentir; segundo por no saber y tercero por propagar la desigualdad en la protección y bienestar entre los perros gallegos en una ley que se está elaborando. Estos señores parece que ni saben ni se enteran de que en las ciudades gallegas hay miles de perros trabajadores, al menos, tanto como en el rural.

En las grandes ciudades gallegas viven miles de cazadores que tienen perro trabajador en el campo cinegético. En las ciudades también hay perros al cuidado de personas con falta de movilidad, etc. Hay que recordar a los parlamentarios que están trabajando en esta nueva ley que lo más democrático de un Estado es que todos seamos iguales en la ley y ante la ley. Y para los perros, esperamos lo mismo, todos los perros iguales en la ley y ante la ley. Solo se pueden separar a los violentos de los pacíficos, o sea, los potencialmente peligrosos, aparte de animales de compañía, quieren un control especial. Por lo demás, lo que necesitamos los ciudadanos es políticos y sindicalistas que trabajen por la igualdad y el bienestar de todos los perros y sus perreros.

Hacer las cosas bien y nada de perradas. Los perros, independientemente de la función que desempeñe cada uno, son todos de compañía, de trabajo y mascotas, siempre que sus propietarios estén psicológicamente normales. Hasta ahora no se les reconoció como tal y se vienen produciendo los abandonos y cosas peores. Esperemos que con la nueva ley sean todos de compañía para que Galicia sea una comunidad libre de abandono de animales de compañía y que disponga de una de las legislaciones más avanzadas de la Unión Europea. Lo dijo el presidente y así espero que sea. Siempre dijo que estaba preparado y en él hemos confiado.