El Día Internacional de la Paz fue proclamado en 1981 por las Naciones Unidas, 10 años antes de la firma del alto el fuego entre el Frente Polisario y Marruecos, pero hoy más que nunca y dadas las múltiples y graves amenazas y violaciones de Marruecos la paz se encuentra seriamente amenazada en el Sáhara occidental.

En un mundo donde la OTAN y los EE UU son factores de promoción de la inestabilidad através del incremento del militarismo, donde existen nuevas y más sofisticadas armas, incluyendo la nuclear, donde la instalación de nuevas fuerzas y medios militares en Europa y, más bien, en todo el mundo, y donde las numerosas operaciones de ingerencia y desestabilización contra estados soberanos, las guerras de agresión y ocupación se suceden, tanto en el Oriente Medio como en Asia central y África, el conflicto del Sáhara occidental pasa desapercibido.

En un mundo en el que condena el aumento de la violencia terrorista y extremista, los saharauis que resisten pacíficamente desde 1991 y son un ejemplo de tolerancia y convivencia, no son noticia.

Nunca se habló tanto de los refugiados y sin embargo los refugiados más antiguos del mundo no son noticia.

La ausencia de guerra no es la paz. La guerra no es la solución, pero parece que en el caso del Sáhara Occidental solamente la guerra traerá la solución que permitirá a la paz, si la comunidad internacional continúa permitiendo que Marruecos viole todas las leyes, acuerdos y convenciones internacional y no respete la carta de los derechos humanos, negando al pueblo saharaui el derecho a la libre determinación.

En este día hacemos un llamamiento a todos los que aman la paz a redoblar sus esfuerzos en la denuncia de la ocupación del Sáhara Occidental y exigir a sus gobiernos un punto final a este triste capítulo de la historia.

Deseamos a todos los seres que viven en el mundo que este día llegue a tener un significado real en un futuro próximo y que no se convierta en una fecha de lamentos sin soluciones.

Y saludamos al pueblo saharaui, un pueblo de paz con pruebas dadas en las condiciones más duras e injustas que respetan los pueblos y la paz.