Estamos ya metidos a fondo en un nuevo curso político bajo el signo de la ruptura de la concordia civil causada por quienes instrumentalizaron la manifestación de Barcelona tras los graves atentados, y lo volvieron a hacer ayer, para la causa del proceso de independencia catalán.

La falta de respeto con las víctimas, la lamentable actuación de los que no colaboran con los gestos más sagrados de voluntad cívica en favor de la paz, la justicia y la libertad frente al terrorismo yihadista, fueron algunas notas de la irresponsable actitud de la Asamblea Nacional de Cataluña y sus fuentes políticas, que no conocen límites y están dispuestos, en este nuevo período ya comenzado, a alterar el orden constitucional vigente con el consiguiente efecto para la estabilidad institucional.

No obstante, si penosa es la forma de comportarse de los secesionistas, similar es la de Pablo Iglesias con su permanente doble rasero.

Jesús Domingo Martínez