Escribo en uno de estos días de calor tórrido en que a uno le molesta y atraganta todo, incluso los pantalones. Y conste que no es un lunes. Ante la política y los políticos de mi pueblo y a pesar de que hago la lectura con lápiz de subrayar; algunos no se expresan bien o le fallan los oídos. O ambas cosas a la vez. A mí me salen estas cuentas:

Que el PSOE de Negreira no tiene más que la cabeza, aunque a veces se parezca más a un gusano por ni tener tampoco cola es de todos sabido y comprobado. Hasta tienen que acudir a un independiente en caso de emergencia judicial, como quien cambia oros por bastos, pues el relevo que había en la recámara solo acierta a dimitir que es lo único que sabe hacer, y bien. Y triste es que no haya camaradas que no reúnan las mínimas condiciones para un relevo provisional. Vergüenza ajena da. Es de mirárselo para las próximas elecciones. Al banquillo me refiero.

Ciudadanos le acompaña regalando la Alcaldía y tomando parte activa de todos sus acuerdos. Vulgo matrimonio de conveniencia, del que no sabe quitar partido ni ganancia alguna por no apuntar a lo que realmente debería apuntar; a la poltrona con el apoyo ofrecido por el PP. Pero fue mejor así. A veces la providencia es providencial suerte. (Ignorancia o suerte del principiante también se llama y que también ayudan). Fatalidad sería verlos en la poltrona. Aún no se han enterado de que no es lo mismo salir de fuera para dentro que de dentro para fuera. Es decir entre bolos y bulos; populismo de bolero.

Al PP, que ya ha empezado a mover ficha, se tomen con calma un relevo que, visto lo visto, lo ven a huevo. Vaya el consejo del viejo de mi aldea de que hay que romper esa racha o ley de que los mejores alcaldes que tuvo Negreira, -desde siempre, y los hubo muy buenos- ninguno de ellos nació en esta tierra negreiresa y que se tomen en serio la parábola del sembrador haciéndola suya, que en esto mi viejo evidencia mucho juicio y palpable y religiosa atención al sermón dominical.

Del BNG, (EN Marea-Podemos), alguno hay y dicen que aún existen, siempre por falta de unos muy pocos votos, pero son sota, caballo y rey. Vamos, una baraja o unas fichas y a lo suyo: brisca o dominó.