No es poca la polémica suscitada por el acuerdo plenario de Ponteareas en el que se acordó otorgar un plus de productividad a algunos funcionarios y demás empleados municipales.

El tema, ampliamente analizado por expertos en la materia, deja bien claro lo difícil que es, para estos casos, establecer baremos objetivos que satisfagan a todos o, al menos, a una mayoría.

Suele ocurrir todo lo contrario: satisfacen solo a los beneficiados y soliviantan a todos los demás que se preguntan, ¿por qué a ese sí y a mí no si yo trabajo tanto o más que él? Y aunque no creo que exista ningún bálsamo de Fierabrás que lo cure todo malicio que podría mejorarse mucho la pacificación y el bienestar de las plantillas si en vez de otorgarles esos pluses a unos pocos se les otorgara a todos desde el primer día, suponiéndoles -como el valor en la mili- que todos van a cumplir con sus obligaciones, incluyendo el horario y calendario laboral. Para cuyo control se les adjudicaría una especie de créditos, como los puntos en el permiso para conducir, de forma que a quien incumpla injustificadamente con sus obligaciones se le vayan restando (también sus emolumentos) hasta poder llegar, si no modifica su conducta a tiempo, a perder su estatus, como se pierde el permiso para conducir. ¡Ah? que no es legal! Pues cámbiese la ley y si es necesario sométase a un referendo a ver qué sale, ahora que hay tanta pasión por el asambleísmo.

Desde luego, lo que no parece justo es tratar a todos de absentistas.