Soy docente en este instituto desde septiembre de 2010. Hasta la fecha, he comprobado que el alumnado aprueba las materias correspondientes a su nivel educativo en este centro escolar utilizando dos vías bien diferenciadas. La primera vía consiste en que el alumnado estudia y prepara las materias. La segunda vía para aprobar consiste en presionar al profesorado, por varios medios, hasta que el profesorado cede y aprueba a los alumnos, independientemente del nivel alcanzado por estos. Si el profesor no cede y aprueba a los alumnos, entonces los padres de los alumnos con materias suspensas acuden a la Dirección del centro, para que remita a Inspección Educativa calumnias acerca del profesorado. Si en los pasos anteriores no se han obtenido los resultados esperados, los padres presentan reclamación de notas finales ante la Jefatura Territorial. Si bien, la vía de estudiar y trabajar una materia puede no ser siempre exitosa, sí lo es la presentación de reclamaciones ya que la Jefatura Territorial, por ser superior jerárquico al profesorado, puede aprobar a los alumnos sin cumplir los requisitos que la normativa exige al profesorado, entre ellos, cumplimiento por parte del profesorado de los procedimientos objetivos reflejados en la Programación Didáctica de la materia.

Como consecuencia del uso de la segunda vía obtenemos los siguientes resultados en el centro: alumnado que no estudia o prepara las materias, notas sobredimensionadas en las materias de los alumnos, alumnos que no superan pruebas externas de acceso a ciclos, agravio comparativo entre alumnos, materias y profesorado desprestigiados, ninguneado de la labor docente.