Mientras los bodegueros del tinto de Barrantes o del albariño se hermanan para dar más prestigio a sus caldos, los políticos de Cambados, la "Ciudad del Vino", parece que andan todos los días a bofetadas para hacer que su vino sea menos popular.

Hace unos días se llevó a votación la invitación del presidente de la Xunta, Núñez Feijóo, pues algunos políticos no lo quieren ver ni en película. Meses atrás, se retiró la estatua de don Manuel Fraga que estaba situada en los jardines del pazo de Torrado, por ser tan popular como el vino de Cambados.

El albariño es un vino muy conocido por su popularidad y aprecio en las bocas donde recae, pero algunos lo confunden con la política. La estatua de don Manuel Fraga representaba un Cabaleiro o el gran Mestre del Capítulo Serenísimo del Albariño, con su capa y copa de albariño. La retirada de la estatua se debe a motivos políticos y no del vino. Algunos principiantes políticos lo veían según el color del cristal de su partido.

El alcalde de Vilagarcía también es Cabaleiro da Orden da Ameixa de Carril, pero este amenazó con suspender la fiesta por el conflicto de las fechas de su programación. Conflicto creado por el propio gobierno local por la falta de una planificación, pues todo se basa en la improvisación. De momento, a la gran verbena se le denegó el permiso y la fiesta está en el aire. Todo depende de las reuniones en los próximos días.

Os Cabaleiros tienen que defender y promocionar su orden día y noche. Don Manuel siempre lo hizo pero fue castigado. El alcalde de Vilagarcía está demostrando lo contrario, no sabemos si será considerado "persona non grata", como la conselleira Rosa Quintana o Juan Maneiro.

Estos ejemplos nos dan a entender que los políticos no deberían pertenecer a una orden para evitar estos conflictos, pero como les gusta mucho pasearse con la capa y salir en la foto se arriesgan a ser víctimas de su propia orden.