Si las señales de indicación del tráfico en toda España nos llevan a la confusión, en la política sucede lo mismo. Aquí la confusión política puede ser provocada por algún propósito. Hoy muchos de aquellos comunistas se ven como nacionalistas. Da pena ver a Alberto Garzón en la mochila de Pablo Iglesias, pues los comunistas también son podemistas.

Los populares más conservadores se han convertido en grandes liberales al lado de ciudadanos. A los socialistas los vemos como comunistas, podemistas, republicanos y nacionalistas, aquí la confusión es tremenda, pues con todos estos, quieren hacerse con el poder de nuestra nación.

Mientras Pedro Sánchez se pone al lado de Rajoy en contra de la independencia de Cataluña, en la terraza declara que Rajoy tiene que buscar una solución y la mejor manera es cambiando la Constitución. Al líder socialista le vemos dos caras y por este motivo nunca podrá conseguir la confianza de los españoles.

Viendo lo que sucede en la Generalitat catalana Pedro Sánchez tendría que ser más prudente, dejando actuar a su representante en Cataluña Miquel Iceta.

Con este panorama de indicaciones nos encontramos muy confusos. Si antes eran los catalanes los que apoyaban al gobierno socialista de Zapatero, hoy son los vascos los que apoyan a Rajoy. La política española la podemos comparar con una paella, pues lleva de todo.

Y ¿qué piensan los turistas extranjeros de la política española? Como confunden el arroz de marisco con una paella y siempre piden un vino seco y no de marca, creen que por el sol, las playas y las fiestas, la política aquí es más llevadera y ven a los partidos políticos como hermandades. Puede que tengan razón, al ver tantas fiestas.