Siempre habrá gente que reme a paso bobo en contra del viento. No importa que sean maestros o incluso catedráticos, su deformación profesional no les da conciencia de la inutilidad de sus hechos y palabras. Hablan continuamente ex cátedra, pidiendo a veces vergonzosamente la palabra para cambiar tanto de menú como de salsa. De todo entienden. Intelectuales de tres al cuarto que dicen con la boca llena de lengua y a veces solo les falta el organillo y la cabra como acompañamiento.

Alguno hay que trata inútilmente de esconder su paso por la política local, achacándolo a problemas de ideología y no de inteligencia.

Suelen aparecer rodeados de la ternura del cordero en el camino del lobo y a veces cuando meten la pata -hasta el fondo mismo- no piden disculpas pensando que lo mejor para ahorrar tiempo es parar el reloj.

Hoy he descubierto al auténtico "laretas" o "tarabelo" en este mi pueblo de Negreira, incapaz de tener la boca callada ante hechos tan privados y particulares en donde ya hubo varios "corre ve y dile", hoy en día, gente armada de Facebook, que de hombría solo tiene nombre o apellidos y que citados en algunos altares de su devoción invocan únicamente rechazo y repudio. Y bien lo saben. Por algo será. En este mi pueblo hay alguna gente así. Directamente a lo suyo. Y la culpa no solo es de los políticos sino también de esa intelectualidad agazapada en la avaricia de cada uno. Luego dicen que defienden la cultura.

Cultura es dar una calle a un concejal con el único mérito de ser tránsfuga. Cultura son las romerías en Viernes Santo u otras tantas "andainas" y payasadas que se vienen haciendo a lo largo del año y no reconocer la valía -medalla correspondiente- del escultor Andrés Barbazán, recientemente finado, o los pintores Xosé Cobas y Juan Pardiñas o la trayectoria profesional de Amador Rodríguez Troncoso. A este paso al PSOE se le van a oxidar las medallas.