La muerte de 17 presuntos sicarios en un enfrentamiento con fuerzas de seguridad en el noroccidental estado mexicano de Sinaloa, después de que los delincuentes asesinaran a otras dos personas, subraya la persistente violencia vinculada con el crimen organizado en México.

Los hechos ocurrieron el viernes por la noche en la sindicatura de Villa Unión, perteneciente al municipio de Mazatlán, cuando agentes de la Policía Municipal fueron agredidos por individuos armados que viajaban en camionetas, lo que dio lugar a un enfrentamiento.

En un principio, el subsecretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda, informó ayer de que 19 presuntos miembros del crimen organizado habían muerto en la refriega.

Sin embargo, después aclaró en rueda de prensa que el grupo armado había asesinado a dos personas en Villa Unión, tras lo cual se encontró con la patrulla de la Policía Municipal lo que originó un enfrentamiento en el que 17 de los atacantes murieron y cinco policías resultaron heridos, incluida una mujer.

Los agentes municipales recibieron apoyo del Ejército mexicano, la Marina y la Policía Estatal.

La Secretaría de Seguridad Pública estatal indicó en un boletín que de los cinco policías heridos, dos fueron heridos de bala en la cabeza, dos más heridas en las piernas y uno en un brazo.

En el lugar de los hechos, las autoridades decomisaron cuatro vehículos, 12 rifles automáticos AK-47 y dos AR-15, una escopeta y siete armas cortas.

"Consideramos que es el trasiego de droga y la pelea de las zonas, de las áreas que se están peleando estos grupos", declaró Castañeda.

El subsecretario enfatizó que el gobernador, Quirino Ordaz, y el secretario de Seguridad Pública, Genaro Robles, han ordenado trabajar para devolver el clima de tranquilidad a los sinaloenses.

A su vez, Robles dijo que las autoridades del estado tenían identificadas a las personas abatidas como generadores de violencia en esa zona de Sinaloa.

Sinaloa vive una ola de violencia atribuida por las autoridades a la pugna entre facciones del cártel de Sinaloa tras la extradición a Estados Unidos en enero pasado del líder de esa agrupación criminal, Joaquín "el Chapo" Guzmán.

Sin embargo, la violencia no se limita a Sinaloa sino que persiste e incluso se ha incrementado en diversos estados, incluyendo algunos en los que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto ha enviado fuerzas federales para respaldar a las autoridades locales, como es el caso de Tamaulipas (noreste).