Cada vez que tengo que pasar Padrón y meterme en la provincia de Pontevedra me viene al recuerdo aquellos años en el cambio de firme que suponía para los coches la nueva carretera provincial. La diferencia era tremenda y abismal.

Ahora mismo, que es tiempo de pimientos me detuve en un tenderete levantado al lado de la carretera en donde una buena señora vendía su cosecha, -nombre mercantil registrado en sanidad con su teléfono de identificación por si quería reclamar-, pero de Herbón, oiga, no de Padrón cuando pregunté por preguntar tal obviedad. Era por la tarde, esa hora en la que ni los paisanos distinguen bien o incluso confunden entre tarde o "tardiña". El sol y la buena labia de la señora se aliaron conmigo. Compré para mí y un amigo y me añadió un buen puñado de sueltos de regalo, pero picantes que naturalmente endosé a la otra compra.

Le comenté que la otra tarde en la barra de un bar, sin tener otra cosa a mano que la propia cerveza, había visto como dos afamados cocineros freían una sartén de pimientos con su rabillo correspondiente. Así con todo el desparpajo de quien le habla a Noé sobre aguas iban comentando tal insensatez. Mi tía que fue una muy buena cocinera siempre decía que ello era debido no solo a la falta de profesionalidad sino también a la holgazanería de las demás lugareñas a las que no tenía en buen lugar como cocineras. La vendedora me confirmó una vez más dicha aseveración gastronómica haciendo hincapié en que probara a hacerlos de ambas maneras; con y sin rabillo. Su sabor era bien distinto. La forma clásica era y sigue siendo sin rabos. Como siempre o de toda la vida.

Otro consejo me dio y que probaré; ese aceite, aceite del bueno, de la primera fritura era el ideal para asar un buen jamón o carne al horno.

No sé si con malicia o ganas de reírse de mi poca geografía y conocimiento gastronómico me recordó que los pimientos que llevaba eran de Herbón. No de Padrón ni de Brión, ni siquiera de Murcia o marroquíes. Y no me quedó más remedio que despedirme tragando mi obviedad o ligereza.