Nos encontramos en tiempos turbulentos por el referéndum catalán, un capricho de varios políticos sin responsabilidad. El president Puigdemont es un producto de Artur Mas y Junqueras es un actor conveniente. Estos dos políticos solamente se dedican al acoso político de Rajoy, sin importarles la opinión de los españoles.

Quieren vivir la locura de los votos protesta como el "Brexit" o la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, utilizando trucos por la falta de un modelo integral para Cataluña, con una lógica que se parece a un razonamiento seco. También mezclan la identidad y política de una manera arrogante provocando tormentas, que pueden llevar a un suicidio político.

Es fascinante ver cómo estos políticos, a través de su poder, utilizan tácticas oportunistas para decidir y conseguir sus propósitos. El mundo del fútbol está de vacaciones, pero Pep Guardiola lo utiliza para darle más atención al referéndum catalán. Con el balón a sus pies llegó muy lejos, estadios llenos de aficionados, selección española y contratos con mucha salsa, ahora necesita la gloria eterna del mundo político catalán.

Vivimos en una sociedad de espectáculo, Guardiola cada semana con los miles de aficionados y los políticos con sus votantes y esteladas, un producto del capitalismo donde la persona es reducida a un mero espectador de un incesante espectáculo de palabra e imagen, completamente fabricado sin mucho sentido del pasado o futuro. Es puro teatro político, donde sin darse cuenta, Guardiola quiere desligar al Barcelona CF de la competición española, para formar parte de una liga catalana con clubes como el Tarrasa, Lleida, Sabadell o Girona entre otros.

Viendo la lentitud de la justicia, los próximos días y semanas el Gobierno español tendrá que apuntar más rápido y mejor, pues el 1 de octubre está a la puerta. La pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿Cuándo serán esos políticos desalojados de la Generalitat?