Como vecino del entorno de Santiago y buen aficionado al teatro, en absoluto echo en falta la carencia de este espectáculo. La política y los políticos que nos rodean lo suplen con amplitud. Desde un Ucha a un Noriega, -por poner solo un ejemplo, póngase otro ayuntamiento cualquiera- nos vienen brindando a cada poco una espectacular facilidad para aparentar, disimular, fingir y mentir, lo que da sobradamente para hacer un libro cada día y así vemos que a través de tales admirables cualidades un mediocre puede llegar a la cúspide de los merecimientos. Nadie es más tenaz que un mediocre que se siente admirado.

Tanto PP, PSOE, BNG o Podemos, de quien poco cabe esperar, amén de otros X no pueden echarle la culpa, ya en su meridiano electoral, a la inexperiencia o mala digestión de los resultados electorales al encontrarse descolocados sin saber qué postura asumir o a qué palo quedarse. Esa es la impresión que suelen dar y están dando.

Que esta comarca padece una desconexión mental de sus políticos con la realidad es hecho cierto, -y de nota- no dando la talla incluso en ayuntamientos grandes instalados como están en los cinco puntos cardinales. Aunque algún que otro alcalde/esa hay con sentidiño; solo sé de tres, completas anomalías que están por la labor y cuidado de sus vecinos.

En este mi pueblo, que mejor conozco, a menudo algunas decisiones exigen un control de alcoholemia; el PSOE eligió a un independiente para alcalde, como si fuese una cosa buena y fácil, que no lo es. Pero lo triste es que no tenían ninguno ni otro siquiera había, y la que había solo servía para dimitir. Vamos, una coña o un cachondeo para el militante presentándole a un caniche con hechuras de mastín, es decir, los dejaron con la brocha, pero sin escalera.

De una u otra forma es preciso reconocer que tenemos, como votantes, un serio problema tanto de partido como de personas. De todas formas, no me digan ni me lleven la contraria, que harto entretenida y amena es analizar esta situación de abandono de los equipos de gobierno de esta comarca. Yo me divierto bastante. Y menos mal que no se puede oír lo que pienso.