Jesús Garabato y yo organizamos una fiesta. No había música, ni tiovivos, ni siquiera alcohol pero fue de lo más animada. La reina del festejo: la Microliteratura. ¿Qué no sabéis quién es? Yo os lo explico, es un universo contado en pocas líneas, en el que la elipsis es la que lo mueve todo, con su ausencia buscada, ávidamente, por un lector activo, que más bien parece un sabueso. La grandeza de la Microliteratura es su brevedad, aunque parezca una paradoja, y no es tarea fácil llegar a la maestría.

Nos reunimos con un público que seguía todo con atención, en la Casa Museo Casares Quiroga, de A Coruña, y con cinco escritores (Ton Pedraz, Rosi Sarmiento, Arantza Portabales, Raquel Vázquez y Pedro Sánchez Negreira) que, generosamente, compartieron una mínima muestra de sus obras.

Duró algo más de una hora y yo lo sentí como un instante fugaz y pleno. ¡Ojalá pueda repetir tan grata experiencia!