Después de lo que he visto y vivido personalmente con mi equipo durante todos estos años y que tuvo como colofón el mítico Old Trafford lo que me parece más triste de todo es que el fútbol no hace justicia ninguna con el Celta.

El Celta ofrece mucho a este deporte, incluso mucho más que otros grandes clubes y, sin embargo, no obtiene la recompensa de un título; sinceramente creo que este club y su afición han sido merecedores de poseer algún trofeo que certifique el buen trato que hace de la pelota, que certifique su valentía y su corazón, todo ello con una humildad y un sentimiento enorme...! Afouteza sí, afouteza! Esa palabra tan bonita que reza el himno del celtismo; esos valores que demuestra constantemente nuestro club y que todo el mundo del fútbol ve, pero que increíblemente no se ve plasmado en nuestro palmarés.

Espero que algún día el fútbol le devuelva al Celta todo lo que le está quitando y que nuestro pequeño equipo se ha ganado con creces en batallas como las de ayer.

Por todo ello, una vez más: gracias Celta por hacerme creer, por ilusionarme en cada gran reto y sobre todo por llenarme de orgullo de pertenecer a este humilde pero gran club. Sempre Celta de Vigo!