Cada acción tiene su reacción. Eso mismo podría decirse del contexto actual en el que la sociedad cansada de un poder político acomodado y estático busca valores lo más lejanos posible al cortijo establecido, poco capaz, avejentado y modelado por las fuerzas económicas hacia intereses privados.

Las reacciones como ya sabemos, dependen de su intensidad, y pueden llegar a corregir el error o entrar en un nuevo exceso que acarrearía con el tiempo la necesidad de una nueva corrección.

Y así nos encontraríamos en un ir y venir sin fin hasta que suceda lo mismo que en el teorema del mono infinito, el cual, si pulsa teclas al azar de un teclado durante un período de tiempo infinito, casi seguramente podrá escribir finalmente cualquier texto.

Tal vez este pueda ser el momento para dar un nuevo salto social y plantear un cambio en el sistema de elección de nuestros representantes avanzando así hacia una nueva época de luces donde los más capacitados en cada ámbito abran un nuevo período ilustrado. Se iniciaría así un nuevo sistema definido por las ideas y conocimientos y no por partidos bloqueados por sus ideologías que, como muros, impiden observar la realidad exterior.

Se daría paso entonces a una nueva época intelectual que proseguiría la ilustración tras los limitados intentos de nuestra historia actual.