El español Kilian Jornet, que alcanzó la madrugada del domigno la cima del Everest a través de la cara norte de la montaña sin la ayuda de oxígeno y cuerdas fijas, declaró que durante la subida, en la que establecido una nueva marca de velocidad de 26 horas, vio "una puesta de sol espectacular".

Kilian llegó a la cumbre a través de la cara norte de la montaña más alta del mundo (8,848 metros) siguiendo la ruta tradicional y, debido a su concepción purista del alpinismo, con el material más ligero posible y sin ningún tipo de ayuda de oxigeno y cuerdas fijas.

El deportista catalán comenzó el desafío en el campamento base del Everest, cerca del antiguo monasterio de Rombuk (5.100 metros), y 26 horas después, desde el campamento base avanzado a 6.500 metros, confirmó el ascenso.

"Subir a la cima del Everest sin cuerdas fijas no es algo que se pueda hacer todos los días. Vi una puesta de sol espectacular y finalmente, a medianoche, llegaba a la cima. Estaba solo pero veía luces de frontales tanto en la vertiente norte como en la sur de expediciones que comenzaban el ascenso. Enseguida empecé a bajar, para poder llegar lo más rápidamente posible al ABC", comentó Kilian, en un comunicado.

"Hasta que llegué a 7.700 metros me sentía bien y estaba yendo de acuerdo a mi planificación, pero allí empecé a sentir dolor de estómago. Supongo que debido a un virus estomacal. Desde allí me he movido lentamente y parando cada par de pasos para recuperarme. Sin embargo, hice cumbre a medianoche", confiesa el deportista.

Debido a esta indisposición, Kilian Jornet eligió para concluir el intento permanecer en el campamento de base avanzado y no volver a Rongbuk como estaba planeado.

Antes del Everest, Kilian Jornet había pasado dos semanas en otro ocho mil, el Cho Oyu, en el que coronó sus 8.200 metros.