Rumanía ha entrado en la UE hace diez años, pero sigue utilizando la moneda nacional leu, lei en plural. Desde Bruselas nos han pedido solucionar varios problemas para la integración definitiva al mercado monetario común: la corrupción, la transparencia de los procesos administrativos, el nivel de los salarios y de las pensiones.

El organismo Dirección Nacional Anticorrupcion -DNA- rumano ha trabajado con celo en los últimos años, muchos políticos han estado ya un par de años en la cárcel pero creo que lo importante es contar con mecanismos que permitan la recuperación de los perjuicios realizados.

Esperemos también que con las ganas de trabajar que tienen los de la DNA no hagan detenciones y condenas ilegales.

Hace unas semanas el gobierno socialista rumano ha aumentado los sueldos de los profesionales de la Sanidad y de la Educación. Esas medidas contentaron a los beneficiados y sacaron a la calle a otros funcionarios que exigen el mismo trato. Se han aumentado también un poco las pensiones que siguen siendo muy bajas. Queda por ver si estos aumentos se pueden sostener en el tiempo.

El sector económico privado de Rumanía depende en gran proporción de las multinacionales extranjeras que tienen fábricas y centros logísticos en nuestro país. Estas empresas pagan sueldos bajos y cuando se les piden aumentarlos contestan que se van a ir a otros países. Ahí están a la espera Albania, Moldavia, Bosnia, Montenegro. Después de muchos años de estar en la UE siguen sin utilizar el euro los búlgaros, los húngaros, los polacos, los checos.