Pontificaba Pío XII cuando conocí Tui. Aunque niño, entré de puntillas para no despertar a las musgosas piedras grises de su arquitectura milenaria. Años de economía limitada y de esplendor musical de Lorenzo Perosi con sus solemnes misas vaticanistas. Lagartos en los muros herbosos de sus callejuelas y ambiente académico catedralicio por la vía principal de la Corredoira. La liturgia bajo la tutela del beneficiario de la catedral y profesor del seminario, era meticulosa y exquisita. Llegada su hora, la fisionomía de Tui sufrió un cambio brutal al establecer su sede episcopal en Vigo.

Durante muchos años, acompañando al Coro Clásico de Vigo en su actuación en el primer día -viernes post-Pascual-, memoraba interiormente un tiempo largo de mis vivencias con enorme dificultad al ser tan distinta la foto de su milenarismo y episcopalía- aunque lo sea titularmente -con motivo de la festividad patronal San Telmo. Me alegraba encontrarme siempre con algún canónigo, condiscípulo, a alguien de mi tiempo. Cada año se reducía el número hasta quedar en solitario mi amigo el Rvdo. Ricardo García Fernández, alto como un pino alto y de paso solemne, aunque silencioso, amigando con su voz siempre confidencial temeroso de rasgar la atmósfera. Su muerte acaecida la semana pasada impactó de tal manera en el ambiente festivo, que luz y luto se dejaron notar amigablemente en la misa oficiada por el Rvdo. Fernando Cerezo, rector del seminario de Tui, y en la actuación del Coro Clásico de Vigo que se dejó empapar por la tristura ambiental produciendo unos pianos en sus motetes como si fueran silencios de compañía anímica sentida.

Las mínimas variables con respecto a otros años apenas influyeron en la brillante actuación del coro que no fuera el sentimiento de luto por la muerte del insigne tudense Rvdo. D. Ricardo García Fernández, en un luminoso recinto catedralicio. Impecable, pues, su ajuste al milagro del abrazo de la luz y el luto con su dulce expresión coral.

Encantadora acogida del cuadro humano de la festividad de San Telmo patrón de Tui.

La luz de la tarde solar, infrecuente en día tan señalado, también se quiso sumar al homenaje de tan ilustre amigo Rvdo. Ricardo García Fernández.