En Vigo se están reformando calles y aceras para regular el tráfico motorizado y facilitar el peatonal, lo que es bueno para los ciudadanos.

Una de estas zonas de recientes obras es la calle Rosalía de Castro, que muchos llaman "la nueva milla de oro", que en esta Semana Santa acogió varias procesiones. Ahora bien, las muchas cafeterías que hay en ella y en sus calles perpendiculares invaden las aceras con sus mesas y sillas dificultando el tránsito de los peatones, especialmente los de movilidad reducida.

Si se amplían las aceras para humanizar la ciudad, no tiene sentido que las mesas, camareros y clientes de los bares se apoderen de ellas, dando lugar a situaciones desagradables que el Ayuntamiento debería evitar.