Lo religioso, bien por exceso bien por defecto, nunca ha tenido el debido reposo para recrearse de su mágico efecto espiritual al considerarse un fenómeno sociológico. Por fortuna, el Concello de Vigo y la distinguida viguesa en el año 2008, Acopovi, no se han contagiado de la modernidad desplazando el sentimiento íntimo de la Semana Santa protegiéndola con su patrocinio que los coros de la comarca interpreten en los templos lo más cualificado del repertorio sacro. Y que sea tradición como otras datas de carácter profano.

Los que hemos lactado la música sacra, es una delicia asistir a estos conciertos y vivificar la gloria inmensa musical de autores de todos los tiempos con mayor o menor cuidado, según el nivel coral.

Cada coral tiene su propio matiz. Lo imprime de un modo gradual importante su director. El Coro Clásico de Vigo no oculta en su biografía histórica su ADN por lo sacro como lo prueba su selectividad programática y brillante ejecución.

Europa es una inmensa catedral con mil capillas corales narrando polifónicamente aspectos de la vida de Cristo. Y Vigo abre sus templos y se adecua a expresar la teología que subyace en sus motetes a "capella" y con acompañamiento de órgano como referente instrumental de una orquesta sinfónica.

Con los años se acorta la vida y se acrecienta la sabiduría en el todo quehacer de la existencia humana y de un modo singular en el arte. Se debilita la voz y se refuerza la expresividad. Se renuncia al efecto y se rubrica la armonía.

La dignidad de este coro es su pureza vocal y su tenacidad disciplinar. Es la obviedad de que el abuelismo no empieza hasta cumplir los cien años cuando se trata de pasear cogidos del brazo por los corazones del prestigioso Victoria, del renovador de la música religiosa J. Ignacio Prieto, del húngaro Zoltan Kodaly con su metodología personal reconocida por la Unesco y rematar la primera parte del programa con Gregor Achinger, compositor alemán, con un Regina coeli, lectare basada en la antífona del mismo nombre, de un autor anónimo entre los siglos IX y XII, de animosa vibración, acorde con el significado del "aleluya".

El coro se amplifica con la presencia del órgano por el coralista Fernando Sequeiros con el don delante por su maestría que no por edad, y tanto Mozart como Bach serán nuevamente fotografiados en sus partituras de gran solemnidad juntamente con J.Schnabel y O. Daulstch, los días 4,6 y 8 de Abril.

Nada de lo escrito y vivido sin el parto fundacional del Coro Clásico de Vigo por el director D. Joaquín Carvajal y D. Moisés Alonso, deán de la concatedral. Pero toda criatura requiere el auxilio de otras personas o instituciones como es el caso del Concello vigués y Acopovi, logrando que esta expresión pública del arte musical sacro adquiera ya rango de tradición que a su vez refleja el pulso cultural de un pueblo como el villancico por Navidad o las habaneras por primavera. Y todo ello, sin ruidos y alharacas de orden político que todo lo adefesia y en este caso concreto, desafina.