Me llamo Carmen Camiña y soy pensionista. Un año más me dirijo a usted para quejarme de la tomadura de pelo tan grande a la que nos tienen sometidos a la mayoría de los pensionistas.

Me desconcierta el entusiasmo con el que todos los años nos envía las cartas recordándonos que nos suben las pensiones. ¡Qué desfachatez, con la miseria que suben!, ¿qué podemos añadir a más en la cesta de la compra?, ¿sabe cuánto se encareció?, no, ¿y la luz y el gas?, tampoco, porque ustedes ese problema no lo tienen ¿qué más les da?, así pueden permitirse el lujo de reírse de todos nosotros.

El año pasado, cuando le escribí por este mismo motivo, le preguntaba que, el dinero que con tanta alegría gastan enviando las cartas, y que según medios de comunicación en el año 2015 fue de 1.500.000 euros, ¿cuánto se haría con esa ingente cantidad de dinero que ustedes malgastan como si fuera suyo? ¡Qué vergüenza! Cuando usted invoca a la Virgen pidiendo ayuda me causa perplejidad, no sé si será mejor entonces que baje con toda su corte celestial y que sean ellos los que nos tomen en consideración y nos solucionen los problemas, a ver si así tenemos más suerte, porque con ustedes vamos de mal en peor.

De verdad que no sé cómo pueden irse a descansar tranquilamente sabiendo el problema tan grande que tienen millones de españoles, que no tienen trabajo y si algo tienen, el salario es tan mísero que en la mayoría de los casos nos les da para llegar a fin de mes; aunque usted dice que es mejor 400 euros que nada, es verdad, pero ¡arréglese usted con esa cantidad, pague el alquiler, la luz, el gas, el material escolar de los niños, la ropa, la comida, etc., si usted es capaz de arreglarse, diga cómo hace para seguir su ejemplo.

Ustedes saben de sobra que hay miles y miles de personas que no perciben ningún tipo de ayuda y, mientras tanto, se lo llevan crudo Bárcenas, Rato, Blesa y un sinfín de personajes más y a cambio permiten los desahucios, los cortes de luz,y que la mayoría de las personas tengan que recurrir a centros sociales porque no tienen para comer, con el agravante de los más vulnerables, niños y personas mayores, mientras ustedes miran para otro lado, porque esto importa más bien poco o nada, pero sí machacar a los que menos tienen.

No me extiendo más, porque no terminaría, casi seguro que esta carta no llega a sus manos, pero si le llega y la lee, le pido que para el próximo año no se moleste en mandarme "su carta", porque tan pronto como la reciba, sin abrirla, irá directamente a la papelera.