En O Grove hay un cruce al que llaman, llamamos, "cruce del guardia". Es un cruce grande, por los que pasan los que entran en el pueblo, los que salen, los que quieren ir a la derecha y los que quieren ir a la izquierda, visto así no tienen nada de particular, la verdad. El caso es que el guardia que da nombre al cruce, el cual también responde al nombre de policía local, solo está allí 3 meses al año. Y qué meses. Durante junio, julio y agosto no se habla de otra cosa, "estuve 20 minutos parado en el cruce"; "vaya lío tenía el policía allí montado". Es un tema de debate y discusión diario, nunca las funciones de un agente de la autoridad se vieron tan discutidas. Y con razón, porque durante estos tres e intensos meses el pueblo duplica su población y triplica su tráfico. Esto genera un gran problema, aparte de las retenciones en el cruce, el aparcamiento. Encontrar en el casco urbano un sitio para meter el coche es realmente difícil, para desesperarse. Dicen que el agua de la Lanzada está tan fría para refrescar a los cerebros derretidos de dar tanta vuelta en coche para aparcar.

El caso es que el gobierno municipal ha decidido unirse a esta moda de peatonalizar calles, la víctima será la conocida como "Catorce" o "Catorse" si eres gallego de costa. Con esta medida se perderían bastantes de las valiosas plazas de aparcamiento, esto es el principal argumento de los críticos. Casualmente es una de las cuatro calles que desembocan en el famoso cruce. No creo que el ayuntamiento se haya parado a pensar en las consecuencias sociales de esta decisión. En la muerte del cruce del guardia. En la muerte de una frase utilizada por varias generaciones de adolescentes: quedamos a las 5 en el cruce. Ese lugar forma parte del folclore local casi tanto como la leyenda del Meco. Adiós a atascos interminables en pleno agosto, al policía local agobiado, a las insolaciones por esperar para cruzar...

¿De qué se quejarán los mecos en verano?

Ah, del aparcamiento.