A mi queridísimo Tito, mi tío colega, mi confidente.
Tuvimos muchas cosas en común y los dos lo disfrutamos.
"Y finalmente tu silencio
tu inaplazable ausencia
que nos obliga a añorar nuestros juegos de niños felices
nacidos entre tus dedos y los alborotos profesionales de los paritorios,
volando hacia Redondela en un coche conducido sin manos
viajabamos cuando te dejaba el teléfono,
en guardia permanente.
"Los niños en Vigo están empeñados en nacer siempre en fin de semana"
Nuestros sueños pasan por La Calzada, Pousadouro, Meu Lar, El Cairo
Todo el espacio y todo el tiempo ,
Entre Cajallete, Fatón, La Revieja y El Gran Can
nos abrigáis de cuidados y de tiernos futuros
Corremos, volamos abrigados por vuestras manos sanadoras, vocacionales.
Los golpes de silencio de los hijos nos visten de injusticia, y nos traiciona la profesión
tu lo sabes y yo un poco
Pero la fortaleza, Tito, del valiente
es capaz de derribar parte del dolor
y hacer que vuelva la sonrisa al viento de O Bao,
protegido por Toralla.
Viajero incansable y anecdotario reconocido
de sabias palabras y fuerza optimista y fiel
Mueves a mi padre de su tierra y de su huerta
Y paseas con mi madre y con todos los amigos y familares
que quieran conocer los rincones en dónde
nacen los paisajes o se festeja la llegada de las primaveras.
Así, tranquilamente
Te diste la vuelta y dijiste a tu nuera
que perdonase que le dieses la espalda
miraste hacia afuera, seguro que al cielo
Y te fuiste como el caballero nacedor
Sin más palabras".
*Ginecólogo