El título de mi carta lo dice todo. Se trata de unir dos problemas y obtener una solución para los dos. Por una parte, sabido es el tema de los refugiados, a los que las políticas de acogimiento no son las deseadas, siguen en campos a menudo en situaciones muy precarias y la nueva política es frenar su entrada en los países a los que ellos pretenden escapar de la guerra, esperando allí encontrar la paz y una vida digna.

Por otra parte la España rural tiene un grave problema, que es su despoblamiento, debido sobre todo al envejecimiento y la falta de rentabilidad para vivir del campo, la ganadería y otros trabajos tradicionales que están desapareciendo. Uno de los problemas más visibles de que las familias abandonen los pueblos es que al quedar pocos niños les cierran las escuelas. Pueblos que antes estaban llenos de gente y vida por sus calles están ahora casi desiertos y cada vez más en el abandono.

Mi propuesta es integrar a los refugiados en la vida de los pueblos, dándoles medios para que puedan vivir de su trabajo, ellos encontrarían la seguridad que hay en nuestro país, un medio de vida y sus niños serían la garantía de que no se iban a cerrar las escuelas rurales. A mí me parece una buena idea, lástima que los políticos estén ideando otras cosas, que desde luego no es lo que los refugiados necesitan ni lo que muchos querríamos ver.