Después de diez meses sin gobierno en España y dos elecciones por fin se llega a un acuerdo de investidura, pero como los cimientos de esta democracia están sobre terreno pantanoso se supone que no se podrá gobernar sin mayoría absoluta como nos tenían acostumbrados. Ahora empieza de verdad la democracia, con la necesidad de pactar con otros partidos que antes eran meras comparsas en unas decisiones aprobadas por una sola ideología. El primer obstáculo serán los Presupuestos Generales del Estado y por lo que se comenta no van a ser apoyados por la mayoría de la cámara, lo que puede dar lugar a unas nuevas elecciones, y es que la dichosa política en nuestro país solo entiende de resultados electorales partidistas y no de discutir los problemas de los ciudadanos buscando acuerdos y soluciones, una tarea fácil para quienes deciden dedicarse a la política para defender los derechos de los ciudadanos, que para eso les han votado y cuya arma debe ser el diálogo entre partidos.