Soy el socio nº 206 del Real Club Celta de Vigo y el pasado día 20 de octubre y con motivo de la celebración del encuentro entre nuestro Club con el Ajax de Amsterdam, mi nieto, que también es socio, de 6 años que me acompañaba en esos momentos, sufrió una indisposición.

Desde el propio estadio he telefoneado a mi hija para que pasase a recogerlo y trasladarlo al médico, cosa que así se hizo, es decir, mi esposa con el nieto salió a la vía pública a través de la puerta nº 16 (Río bajo), advirtiendo al portero el motivo de su salida y que una vez entregase al niño volvería al interior del estadio.

Efectivamente, transcurridos unos minutos, mi hija recogió a mi nieto y mi esposa al intentar reingresar al estadio, el portero le niega la entrada alegando que son normas del Club. Acudió, inmediatamente, a la Policía Nacional que había sido testigo de los hechos y ni con esas el portero modificó su postura.

El viernes 21 de octubre me persono en la oficina de socios abonados y comento los hechos que he referido anteriormente, obteniendo por respuesta que es un "asunto de seguridad". Solicito hablar con un responsable pero me responden que ese día no está y me facilitan un número de teléfono, del que desisto su uso.

Parece lamentable que una Organización como el Real Club Celta no tenga arbitrado un procedimiento para situaciones como la que he sufrido y, mucho menos, que se argumente un problema de seguridad cuando la Policía Nacional ha sido testigo de excepción.

Sirva esta carta y los hechos denunciados para dejar patente que una organización como el Real Club Celta no puede ni debe privar a sus socios y abonados o, simplemente, espectadores del espectáculo deportivo por unas supuestas razones de seguridad cuando concurren circunstancias tan justificadas como excepcionales.