Me parece natural que por parte del Partido Popular aspiren a que la posible abstención socialista vaya acompañada de un compromiso para respaldar algunas leyes indispensables para la gobernabilidad, como la presupuestaria y el techo de gasto. Tendría poco sentido formar un gobierno que no pudiera gobernar, y que a las primeras de cambio se viese abocado a disolver las Cortes.

Por otro lado, el acuerdo firmado por el PP y Ciudadanos ya introduce fuertes correcciones a la política económica, con un gasto añadido de 28.000 millones en los próximos cuatro años, similares a las que fueron negociadas entre Ciudadanos y el PSOE. Es decir, nada impide un respaldo amplio al futuro gobierno, sobre la base de un pacto programático que en gran medida puede ser compartido por las tres fuerzas constitucionales.