Lo mismo que muchas fortunas -¡y tantas!- acabaron en la más mísera ruina, así le va a pasar al PSOE. Se cansaron de decírselo -por activa, pasiva, reflexiva e incluso la mismísima cuarta declinación en mano- cuando las anteriores elecciones municipales; dense un viajecito por las hemerotecas de cualquier diario de aquella época y cuenten los consejos dados para que se alejaran de Podemos y sus estrellitas a quienes dieron alcaldías. Ni caso le hicieron, ni incluso a los suyos propios y claro, tampoco aprendieron y siguieron erre con erre y en las autonómicas más de lo mismo; todos contra el PP. Que la corrupción está presente en todos los partidos es un axioma a tener en cuenta cualitativamente, pero no cuantitativamente. Antes de hablar midamos o pesemos -a metro o a quilo, tanto da, pero no con medidas distintas- la corruptela o descomposición de cada uno y luego hablemos.

En su tiempo ya escribí una carta que titulé "¡Que paren a Sánchez!", que terminaba así: "Y antes de que sea demasiado tarde (sorpasso añadido), que alguien lo pare. Por favor". Eso antes de las segundas elecciones. Por fin me hicieron caso, pero tarde, muy tarde y hay incluso algunos de su misma cuerda que dicen que no está muerto del todo y que como buen ateo es posible que resucite al tercer día Ya veremos. Visto lo visto y lo que nos queda por ver tengo ya mis dudas.

Hagan lo que hagan, su ejecutiva está bailando en una cuerda floja donde cada solución que aparece o se divisa es cada vez peor que la anterior. Mi consejo, que es gratis total y avalado por la pobreza mental revestida, eso sí, de la misma santa indignación con que ellos alardean del trasnochado sectarismo contra el PP. y Rajoy es que aún están a tiempo de no parecerse al Panhellenic Socialist Movement (PSOK de Grecia para entendernos), espejo en el que se están mirando y me duele que no se den cuenta que la luna no engaña; aunque haya poca luz, la imagen es clara y nítida. Sin ánimo de ofensa alguna, alejado de toda chacota hago mía la frase: "Sentidiño".