Tras un diagnóstico por cáncer de pulmón los tiempos apremian, máxime cuando te incluyen en una lista de espera para consulta de Cirugía Torácica (en este caso en el antiguo Complexo Hospitalario de Vigo Xeral­Cíes) y posible intervención.

Cuando dicho diagnóstico se realiza a principios de julio y la cirugía a finales de octubre, el paso del tiempo puede tener consecuencias indeseadas.

Si al final el resultado es el fallecimiento del paciente 14 meses después de la intervención, lo único que nos puede quedar a los familiares es el deseo de que nadie se vea en la misma situación, que los protocolos de tiempo de actuación con un máximo de 30 días se cumplan escrupulosamente, en definitiva, que no exista una pérdida de oportunidad y los enfermos puedan ser tratados en el estadío inicial de su patología.

Porque de nada sirve realizar y publicar protocolos y vías rápidas para determinadas patologías cuando después no se aplican.

Porque para un enfermo de cáncer y su familia estar esperando más de dos meses y medio desde que te incluyen en una lista hasta que eres tratado nunca es una discreta demora. Siempre quedará la pregunta: "¿Y si le hubiesen intervenido antes, seguiría vivo?"