Empieza el nuevo curso escolar, y los ecos de las críticas sobre la LONCE que coletearon todavía durante el verano, están de nuevo en primera línea. Y si bien es cierto que todo es criticable y mejorable, aún no alcanzo a comprender cómo hemos perdido tanto de vista nuestro objetivo como padres y educadores: que nuestros hijos sean responsables, eficientes y que tengan una educación de calidad basada en el trabajo y en el esfuerzo. Todavía no he conseguido salir de mi asombro con todo lo que he visto: docentes negándose a cumplir la ley, padres promoviendo el absentismo impidiendo a sus hijos hacer una prueba que tiene como objetivo verificar que el docente ha hecho su trabajo, promover la confusión de los conceptos del contenido de la ley...

Como madre de alumnos con necesidades educativas especiales, el término más importantes para mí de esta ley es el de "inclusión" y todo lo relacionado con esta palabra. Y aquí mi mayor desconcierto: Por un lado veo la LONCE, que promueve este concepto a lo largo de todo su texto, y los convenios y protocolos de actuación en las aulas que constantemente la Consellería de Educación está firmando con asociaciones, fundaciones y profesionales que atienden a la diversidad, y, por otro lado, la parsimonia de una mayoría del profesorado y de los equipos directivos de los centros escolares para poner en marcha todos estos mecanismos que garantizan la tan utópica "inclusión" y los derechos de nuestros hijos. Pareciera que esta es una ley que si quiero la cumplo y si no, pues nada.

Las familias con hijos con diversidad funcional nos sentimos completamente desamparadas y desatendidas y decimos que es por culpa de la ley, o por la falta de recursos. Podríamos tener barra libre de recursos en los colegios que de nada servirían sin el más importante, la voluntad del docente. Por no hablar de esta ley tan "terrorífica" que recoge una serie de puntos a favor de la inclusión, de la competitividad educativa, de la ampliación de opciones y oportunidades para el alumnado. ¿A ver si el mayor problema de esta ley va a ser que no se cumple? ¿Es posible que algunos piensen que la LONCE es una circular informativa que han enviado al centro, en lugar de una ley? Creo que si se aplicase correctamente, muchos de nosotros dejaríamos de mendigar la buena disposición de los docentes para con nuestros hijos. Pero al final éstas solo serán palabras sordas para oídos necios.