Respetable Pedro: He seguido su trayectoria, sus manifestaciones y discursos los dos últimos años con mucho interés, porque, desde el principio, supuse que iba a parecerse mucho al señor Zapatero.

Nunca pude suponer que el PSOE escogiese otra vez para secretaría general, y posible candidato a la Presidencia del Gobierno, a una persona sin experiencia en cargos ejecutivos. Quiere dirigir el rumbo de España sin haber sido alcalde, secretario de Estado, ministro, embajador, etc. Tuvo ocasión, entrando en un gobierno con Rajoy, de aprender, y no quiso.

Se cansa de acusar a Rajoy de corrupción, de ser el presidente de un partido imputado, y usted dirige el PSOE, condenado por el Tribunal Supremo en varias ocasiones por financiación ilegal. Tiene más de mil imputados por corrupción, y el mayor desfalco de Europa, en Andalucía. Desconoce que los SMS de Rajoy a Bárcenas tenían su causa en que la señora Cospedal quería echarlo, desde que entró en la secretaría general.

El presidente de la Diputación de Toledo, Arturo García Tizón, secretario general del PP con Hernández Mancha, le había informado bien sobre Bárcenas y su despido en su mandato. A todos nos parecía un gran administrador, lo que pasaba es que, al parecer, administraba para él.

Si usted conociese algo de Rajoy y su familia no le supondría capaz de recoger ningún sobre irregular. Compare usted lo que cobra como presidente del Gobierno y lo que cobran las alcaldesas de Madrid y Barcelona, y mucho más podía ganar como registrador de la propiedad, que es desde los veintitrés años. Antes de ser presidente fue concejal, presidente de diputación, vicepresidente del Gobierno gallego, varias veces ministro, vicepresidente del Gobierno y presidente.

Comprendo la actuación de su esposa, y la de los cuatro que le rodean en su partido mucho menos expertos todavía que usted, para rescatar su situación en el PSOE y en España. No pretenda que el señor Rajoy tenga un arma al lado de más de 800.000 militantes, como tampoco usted la puede tener al lado de los suyos que no llegan a la cuarta parte, y, en cambio, tiene muchos más imputados.

Usted utiliza la teoría de Pío Cabanillas de que "los políticos hablamos para tontos, porque los demás no nos hacen caso". Si hubiese sido alumno de Fuentes Quintana, le habría oído muchas veces que "el que no sepa que todos somos casi nada, no conoce el abc de la vida", y esto también le puede servir.

El PSOE dejó las dos veces España arruinada. En diciembre de 1996 hubo que pedir un crédito para pagar las pensiones; y al cesar Zapatero había que pedir rescate. Todavía están presentes los desmanes de Roldán, Juan Guerra, directora del Boletín Oficial, Filesa, Malesa... Es verdad que con la austeridad fingida Bárcenas nos engañó a todos.

Si usted se pareciese algo a Rajoy y sus hermanos, a quienes conozco desde niños, para mí sería una garantía. Al acostumbrarse a ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio, no hay más que ver. ¿Ha pensado alguna vez en las dificultades que tiene gobernar una nación como España?