Es preocupante ver la deriva que tienen determinadas personas en valorar la importancia que tiene los éxitos conseguidos por los deportistas.

A los deportistas que representan a todos los españoles hay que felicitarlos por los éxitos conseguidos, pero darles las gracias cuando ellos lo hacen de forma profesional y sus éxitos no repercuten en la vida de las personas me parece un poco exagerado.

Las gracias hay que dárselas a los médicos, enfermeras y enfermeros y a todo el personal sanitario de los hospitales que trabajan por conseguir salvarnos la vida en muchos casos y en otros evitando sufrimiento.

Las gracias hay que dárselas al personal médico que se desplaza a países con pocos recursos económicos y grandes necesidades sanitarias y ellos trabajan desinteresadamente por esas personas con necesidades.

Las gracias hay que dárselas a los científicos y todas las personas que se preocupan de buscar soluciones a los problemas de salud y otras relacionadas con nuestro bienestar.

Las gracias hay que dárselas a los bomberos que trabajan y luchan por extinguir el fuego, que en muchos casos provocamos nosotros, a riesgo de sus vidas.

Las gracias hay que dárselas a la Guardia Civil y Policía, que a riesgo de sus vidas trabajan y luchan para sacarnos de situaciones críticas para nuestras vidas, que muchas veces buscamos nosotros de forma inconsciente.

Las gracias hay que dárselas a los escasos políticos que tenemos que anteponen los intereses generales de los ciudadanos a los suyos propios, desoyendo las tentaciones que les provocan determinados sectores de la sociedad.

Las gracias hay que dárselas a todas las personas que a riesgo de sus vidas luchan por el bienestar de los demás.

Todas esas personas son las que se merecen nuestro agradecimiento, los deportistas que nos representan y consiguen éxitos tenemos que felicitarlos.