El 5% de los reclusos del mundo están recluidos en el 25% de las cárceles del mundo. Esto se explica fácilmente cuando vemos penitenciarías, como las de Filipinas, en las que en centros diseñados para ochocientas personas se hacinan tres mil ochocientas. También es cierto que Estados Unidos es el "país de las oportunidades", incluso para los convictos que viven en ese 25%, a excepción de su derecho al sufragio, del que se ven automáticamente despojados al ser recluidos.

Para muchos el voto es un derecho inalienable, para otros, atentar contra el Estado de derecho supone estar automáticamente excluido de sus beneficios. En este sentido el gobernador de Virginia ha decidido intentar cambiar esta situación, bien por convencimiento, bien por conocimiento de las decenas de miles de potenciales votantes. Para evitar esta situación, en nuestro país los convictos pueden acudir a las urnas, siempre que no hayan cometido actos de terrorismo u otros que puedan ser determinados por un juez como excluyentes para votar en unas elecciones. Jueces como los que han inhabilitado a 96.418 españoles en las últimas elecciones, algunos, discapacitados estudiantes de FP, algunos, absolutamente dependientes, pero? todos con derecho a ser representados por alguien.