Tras el fallido golpe de Estado, el presidente turco, Reccep Tayip Erdogan, parece decidido a arrasar con cualquier vestigio de la sociedad civil.

La última purga ha sido entre los inspectores bancarios, uno de los pocos sectores que le quedaba por "limpiar".

Esperemos que luego no se extrañe cuando Bruselas diga que no están en condiciones de entrar en la Unión Europea (UE).